¿De qué tiemblan traductoras y traductores cuando oyen la palabra PDF?
¿De amor, quizá? Porque ante un formato PDF, casi todo el mundo se derrite. Es seguro, fuerte, imperturbable. Lo puedes comprimir, enviar, retorcer, marcar, trocear o combinar y lo resiste todo, sin perder la compostura, sin alterar la disposición de la página, fresco como el momento en el que lo generaron. Es sólido y fiable,…